Arte Mbya en Iguazú

En silencio y con esfuerzo, estos jóvenes Mbya suman técnicas a su arte en la academia que les brindó la oportunidad de hacerlo, en un Iguazú que también existe y pocas veces se elige mostrarlo.
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En silencio y con esfuerzo, estos jóvenes Mbya suman técnicas a su arte en la academia que les brindó la oportunidad de hacerlo, en un Iguazú que también existe y pocas veces se elige mostrarlo.

Eligen plasmar la naturaleza que les rodea, colorida, diversa, silentemente melódica y maravillosa, como siguiendo esa inercia del escritor incluso desconocido para ellos, León Tolstoi, «pinta tu aldea y pintarás el universo». Desde el primer momento, según su instructora, mostraron una natural habilidad y talento para delinear rasgos de su entorno de la Reserva Yriapú, un espacio de selva misionera aledaño al Parque Nacional Iguazú, en donde residen junto a otras cuatro comunidades guaraníes y hotelería de lujo, insertas en el mismo ambiente. 

Justamente en tal sitio, en su comunidad Jasy Pora (luna linda, en guaraní), Darío Esquivel y Karai Oscar manifestaron sus sueños de aprender técnicas artísticas para sumar a sus dibujos y producciones; y esto llegó a oídos del director de la Escuela Intercultural Bilingüe de la misma comunidad, Javier Rodas, quien contactó a la artista, Marisol Gorgues, propietaria de la academia de arte en la que no solo enseña a decenas de personas de todas las edades, sino que también desarrolla su propio arte, cultivado desde muy niña, y quien no dudó en ofrecer su tiempo y conocimientos a estos jóvenes Mbya, becándolos para un curso de dibujo y pintura.

«Son muy aplicados en su trabajos, trabajan divinamente, se concentran para seguir el hilo maravillosamente, y tienen una sensibilidad admirable», comenta Gorgues sobre los jóvenes y agrega que la producción que aquí mostramos son de los primeros trabajos que realizaron. «¡Así que podemos imaginar lo que se viene!», agrega entusiasmada.

Su interés y su dedicación son también destacables, comenta la artista, contando que asisten siempre, incluso en días de lluvia, viniendo desde su sitio de residencia que está ubicado a una distancia considerable de la academia. «Siempre estamos en comunicación, a veces se les complica venir, pero siempre me lo hacen saber», dice.

Como el arte significativo, así ocurre en silencio la sensibilidad, la solidaridad y la entrega desinteresada de muchas personas, en un Iguazú que también existe y convive con sus demás realidades, pero pocas veces se elige mostrarlo.

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