Antes de que ocurriera esta crisis sanitaria, en incontables sitios turísticos internacionales, ya se percibía un desprecio hacia la actividad turística masiva, y a la sobresaturación de los atractivos; comenzábamos a leer y a escuchar cada vez más notoriamente el concepto de “turismofobia”.
Un término puesto en boga y en crecimiento a partir de la llegada de los turistas en cantidades, que llenaban hoteles, colmaban restaurantes, saturaban las playas, y desbordaban con sus visitas los atractivos, generaban poca tranquilidad, disminuían el disfrute del destino en general y perjudicaba al atractivo porque lo degradaba.
A esto se debe sumársele la disminución de los gastos promedios de visitantes y que el aumento de los mismos precarizaba los servicios, disminuyendo la mano de obra y afectaba la calidad de vida de los habitantes del destino, mientras saturaban ferias y comercios.
Esta fue la causa por la que muchos lugareños, afincados en destinos internacionales con muchísima afluencia turística, comenzaron a reclamar su espacio y su intimidad social frente al atropellamiento del turismo en masa, que más daño ocasionaban al destino en la ecuación a medir por el aporte económico que dejaban los viajeros y los inconvenientes que causaban o que dejaban al retirarse.
Por citar un ejemplo, la ciudad Amsterdam con apenas 800.000 habitantes recibía un poco más un poco menos a 18.000.000 turistas anualmente, a raíz de esto la comuna reaccionó con una política de ponerle un rápido freno a los turistas y a los visitantes.
Con el mismo fin, pausar la llegada de turistas, se ha creado en los territorios del sur de Europa la red SET (Ciudades del Sur de Europa frente a la Masificación del Turismo) para unir esfuerzos y luchar frente esta problemática. Integran esta red algunos destinos como Barcelona, Venecia, Lisboa, Madrid o Palma de Mallorca, que sufren las consecuencias del turismo masivo,
Seguramente esta situación de bonanza económica (recaudatoria) reflejada a partir de la actividad turística, formará parte de una historia reciente, muy reciente y difícilmente repetible por lo menos a corto plazo a futuro.
El fenómeno Covid19 establecerá seguramente un nuevo arquetipo para estos destinos, por lo pronto se deberá buscar la fecha de reapertura como destino, y por el otro extremo, empezar a ver una nueva oportunidad, única, de repensar en que destino transformarse.
A qué segmento prioritario apuntar y como serán sus servicios en una nueva escala de valoración turística, diferenciarse de los demás a partir de la sostenibilidad, no competir sino complementarse, lejos de seguramente del flagelo que imprime la masividad.
Una oportunidad única de cambiar el paradigma del “no vengan más” a “vengan con responsabilidad”, pero en otras condiciones y en otros formatos, con turistas, más responsables, más sustentables, más conscientes, solidarios y participativos, no tan masivos y destructivos a la vez.
Con la caída del turismo millones de personas hoy ven peligrar su oportunidad o su única oportunidad de sustento. Está claro que la actividad turística ha demostrado a lo largo de los años su enorme capacidad de resiliencia y capacidad de readaptarse o recuperarse rápidamente de las adversidades. La actividad tiene una enorme capacidad y potencial de convertirse rápidamente en una fuente de ingreso para los agentes del sector privado y a los agentes del sector público a través de la cobranza de impuestos y de licencias.
La actividad turística deberá retomar la confianza y transformarse en un verdadero líder restableciendo la confianza en los posibles consumidores, favoreciendo al estímulo a los empresarios y a los emprendedores e incorporar como bandera la generación de nuevos empleos sustentables que incorporen al mundo de los servicios a mujeres y a los jóvenes, la innovación y la tecnología.
Este escenario socio-político-económico a nivel mundial genera una gran oportunidad para desarrollar emprendimientos y servicios con otra mirada económica, una mirada un poco más alejada al simple mercantilismo del cambio de servicios por dinero, cambiar por una mirada más cercana a la economía colaborativa una oportunidad económica en donde todos puedan ganar y contribuir al desarrollo de zonas de más vulnerables.
Este modelo económico lentamente se está trasformando en una tendencia global, y encontró en el sector de los servicios, más precisamente en el planeta turismo, una nueva tendencia que modifica el modo tradicional de viajar y consumir servicios.
Estos nuevos formatos de locación de servicios proliferan en todo el mundo e inclusive es muy común localizar estos tipos de servicios, en España, Francia, Italia, Holanda y en cuantos otros países altamente desarrollados
Con el fin de ayudar a los Estados Miembros a desarrollar un enfoque gradual para abordar la recuperación, la OMT ha diseñado el «Programa de asistencia técnica para la recuperación del turismo de la crisis de la COVID-19».
Este programa ofrece una orientación a los agentes del sector turístico públicos y privados. Trascribimos a continuación una de las propuestas, la de reorientar la cadena de valor del turismo hacia la sostenibilidad, que en nuestra escala local recién encontramos a unos pocos, muy poco que ha incorporado este concepto como política de crecimiento y desarrollo
Reorientar la cadena de valor del turismo hacia la sostenibilidad, una mirada al futuro propuesto por la OMT
- Examinar en detalle la cadena de valor del turismo desde la perspectiva del consumo y la producción responsables
- Proporcionar asistencia técnica y orientación a las microempresas y pymes turísticas de la cadena de valor del turismo para la implementación de soluciones circulares
- Identificar oportunidades financieras (para préstamos e inversiones) que apoyen el desarrollo sostenible del turismo, la economía circular y la incorporación de soluciones de uso eficiente de los recursos
- Formular estrategias de consumo y producción sostenibles y enfoques circulares innovadores para guiar la transición hacia la recuperación económica fortaleciendo los distintos eslabones de la cadena de valor del turismo
Si se abren los destinos sin los cuidados necesarios el viajero podrá contagiarse en cualquier momento, en cualquier lugar y seguramente pensará varias veces antes de emprender un viaje, o por lo menos dejará pasar esta oportunidad para cuando las condiciones sanitarias globales resulten más favorables.
Repensar la actividad es el verdadero desafío post Covid19.
Jorge Posdeley /Licenciado y Magíster en Turismo /Director de @Consulting